Los empleados hicieron diques de contención para evitar riesgos de toxicidad
Los bomberos de O Porriño, Galicia, España dedicaron toda la mañana de ayer a apagar los últimos rescoldos en la nave Pinturas Proa, incendiada en el polígono industrial de A Granxa, con lo que quedó finalizada la labor de extinción. La fábrica siguió abierta, pero paralizada, pues solo funcionaron los departamentos de ventas y oficinas, que no resultaron dañados, aunque los empleados trabajaron sin luz hasta la tarde.
Medio centenar de operarios de la planta de producción calcinada colaboraron para hacer diques de contención, sellar las arquetas y derivar el agua de escorrentía a una cisterna. Estos trabajos pretendían eliminar cualquier riesgo de toxicidad en la planta por el vertido de resinas y disolventes. Dichos trabajadores también hicieron un inventario de los productos químicos que salvaron ayer del fuego y que quedaron almacenados en un lugar seguro.
La extinción del siniestro tuvo lugar a las 19.00 horas del jueves tras movilizarse equipos de extinción de las comarcas de A Louriña, Vigo, O Morrazo y la localidad lusa de Valença. Un retén de bomberos de O Porriño permaneció toda la noche en la fábrica, en previsión de que se avivasen las brasas.
Durante la mañana siguiente, otro equipo cortó y retiró algunas chapas que cubrían los escombros del tejado desplomado para acabar con el humo que salía del interior. Los bomberos también serraron varios bidones que desprendían humo debido al elevado calor concentrado.
Niveles de toxicidad
Los bomberos se internaron en la nave derruida con equipos de respiración autónoma de protección 1, lo que significa un nivel bajo de alerta. «La toxicidad era baja porque la mayoría de los productos eran resinas y disolventes», relató ayer uno de los miembros del equipo de O Porriño que intervino en las últimas labores de extinción. «La lluvia también ha sido favorable», relató el mismo bombero.
En la fábrica estaban presentes ayer entre 50 y 75 trabajadores del primer turno, muchos de ellos operarios de la cadena que ardió, pero que quisieron participar en los trabajos de reconstrucción. Lo más urgente era poner en orden el material rescatado y blindar la fábrica ante posibles fugas de productos químicos que pudiesen resultar tóxicos para el medio ambiente.
En los próximos días, una empresa de demolición retirará las pilas de escombros.
Todo apunta a que el incendio se produjo al explotar un bidón con disolventes que levantó una densa columna de humo negro.
A pesar del aparatoso accidente, no hubo heridos.
Fuente: lavozdegalicia.es
Los bomberos de O Porriño, Galicia, España dedicaron toda la mañana de ayer a apagar los últimos rescoldos en la nave Pinturas Proa, incendiada en el polígono industrial de A Granxa, con lo que quedó finalizada la labor de extinción. La fábrica siguió abierta, pero paralizada, pues solo funcionaron los departamentos de ventas y oficinas, que no resultaron dañados, aunque los empleados trabajaron sin luz hasta la tarde.
Medio centenar de operarios de la planta de producción calcinada colaboraron para hacer diques de contención, sellar las arquetas y derivar el agua de escorrentía a una cisterna. Estos trabajos pretendían eliminar cualquier riesgo de toxicidad en la planta por el vertido de resinas y disolventes. Dichos trabajadores también hicieron un inventario de los productos químicos que salvaron ayer del fuego y que quedaron almacenados en un lugar seguro.
La extinción del siniestro tuvo lugar a las 19.00 horas del jueves tras movilizarse equipos de extinción de las comarcas de A Louriña, Vigo, O Morrazo y la localidad lusa de Valença. Un retén de bomberos de O Porriño permaneció toda la noche en la fábrica, en previsión de que se avivasen las brasas.
Durante la mañana siguiente, otro equipo cortó y retiró algunas chapas que cubrían los escombros del tejado desplomado para acabar con el humo que salía del interior. Los bomberos también serraron varios bidones que desprendían humo debido al elevado calor concentrado.
Niveles de toxicidad
Los bomberos se internaron en la nave derruida con equipos de respiración autónoma de protección 1, lo que significa un nivel bajo de alerta. «La toxicidad era baja porque la mayoría de los productos eran resinas y disolventes», relató ayer uno de los miembros del equipo de O Porriño que intervino en las últimas labores de extinción. «La lluvia también ha sido favorable», relató el mismo bombero.
En la fábrica estaban presentes ayer entre 50 y 75 trabajadores del primer turno, muchos de ellos operarios de la cadena que ardió, pero que quisieron participar en los trabajos de reconstrucción. Lo más urgente era poner en orden el material rescatado y blindar la fábrica ante posibles fugas de productos químicos que pudiesen resultar tóxicos para el medio ambiente.
En los próximos días, una empresa de demolición retirará las pilas de escombros.
Todo apunta a que el incendio se produjo al explotar un bidón con disolventes que levantó una densa columna de humo negro.
A pesar del aparatoso accidente, no hubo heridos.
Fuente: lavozdegalicia.es
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