10 diciembre 2012

PARA COJUDOS, LOS BOMBEROS

 
Antibiótico Social
Resulta una frase ordinaria, antigua y habitual, propia del Perú.
Me imagino que se originó en el hecho que los bomberos en este país trabajasen ad-honorem, lo siguen haciendo y se retiran sin ningún beneficio, a pesar de las labores riesgosas, horarios difíciles y honores encogidos.

Se ha criticado la discriminación que vienen sufriendo los bomberos: falta de uniformes, de implementos, de grifos e hidrantes, presupuesto para compostura e incluso combustible de los vehículos y permanente inutilización de las escaleras telescópicas, con los inconvenientes que estas circunstancias conllevan.

Un recientemente condecorado “Bombero del año”, Javier Briceño Gronerth, docente de profesión, quien innumerables veces puso en riesgo su propia vida para salvar la de algún parroquiano, recalcó las falencias y desavenencias de los hombres de rojo, guiado por un espíritu de legalidad, cuando lo más lógico es que las autoridades, antes de una condecoración que no traerá beneficios, ni propios ni públicos, debería implementar con equipamiento, ya que al no recibir un sueldo son ellos quienes tiene que hacer malabares ante alguna emergencia.

Es ahí donde nos encontramos con estúpidas reacciones de gente que llama a la central de bomberos, para insultar, hacer bromas, que solo alguien con un retardo mental muy marcado haría. Sin embargo, ante esta ola de macro idioteces se suman las carencias que los bomberos sufren a diario siendo recompenzados con premios innecesarios, para solapar la insuficiente capacidad de las autoridades para actuar.

El bombero nace y no se hace, esa característica de ayuda desinteresada hacia el prójimo solo podría provenir de alguna iluminación divina, ya que en este país, pocos son los que trabajan sin ganar un céntimo, mucho menos si tiene que arriesgar su vida para salvar desconocidos.

Que sería de este país si no existieran jóvenes que, sin llegar a la mayoría de edad, tienen siete “muescas” en la cacha del revólver, donde los amantes escondidos le dan características a los sicarios sobre la victima a la que clavaran un balazo en la cabeza, porque mujeres desquiciadas, enfermas de rabia deciden acabar con la vida de sus convivientes, donde los regidores de la comuna forman una empresa familiar, para asignarse rutas en las nuevas calles pavimentadas con fiestas hasta altas horas de la madrugada y al ser descubiertos, alegan que sus rasgos indígenas los convierten en víctimas de segregación, donde la policía detiene un automóvil y descubre en el brevete que el piloto debe usar anteojos, lo cual abultará su billetera.

Donde los bomberos escogen este loable y arriesgado oficio sin medir las consecuencias, con familia por delante, salvando las vidas de personas que probamente ni a usted ni a mí le interesaría ayudar, cuando lo primero que hacemos es tratar de salvar nuestro propio pellejo.

Por: David Flores Reátegui
http://www.diariohoy.com.pe/diariohoy/noticia.php?id=9295

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