Los ataques cardiacos representan la
mayor causa de muerte en la actividad.
Este documento registra:
–
Antecedentes y enfermedades del corazón.
–
Presenta cinco casos con importantes resultados.
–
Se resumen datos de NIOSH sobre investigaciones de muertes por enfermedades
cardiovasculares; y
–
Provee recomendaciones para minimizar el grado de lesiones y muertes de
bomberos por cuestiones cardiovasculares.
Los departamentos de
bomberos deben seguir las siguientes recomendaciones para reducir los paros
cardiacos u otras enfermedades cardiovasculares que se
den durante el trabajo:
–
Realizar evaluaciones médicas para asegurarse que las personas están en
condiciones de realizar el trabajo, reduciendo al mínimo los riesgos.
–
Asegurarse que el personal médico que realice los exámenes este informado sobre
la exigencia de la lucha contra incendios y por lo tanto
las condiciones físicas
necesarias para el bombero.
Para ayudar a los
departamentos de bomberos a implementar estas recomendaciones, las agencias del
servicio de bomberos deben llevar a cabo una investigación sobre los siguientes
puntos:
–
Promociones efectivas sobre programas para reducir muertes por ataques
cardiacos en incendios.
–
Obstáculos para la implementación de programas de salud.
–
Efectividad del programa para reducir enfermedades cardiovasculares.
–
Riesgos del sistema cardiovascular por exposición debido a la ocupación.
–
Implementar un programa comprensivo de bienestar/buen estado físico, para
bomberos y así reducir los riesgos cardiovasculares.
–
Controlar la exposición al monóxido de carbono u otros gases de combustión
mediante la gestión adecuada de incendios y el correcto uso del
equipo de respiración
autónoma.
–
Asegurarse que exista una cantidad de bomberos adecuada en la escena, para
evitar el sobre esfuerzo.
–
Realizar controles durante el siniestro a los bomberos en combate y proveerle
la correcta hidratación.
–
Implementar la conservación del programa completo.
Información adicional, ver: NIOSH Alert: Pre-venting Fire Fighter
Fatalities Due to Heart Attacks and Other Sudden Cardiovascular Events
El Instituto Nacional de
Seguridad y Salud Ocupacional NIOSH (The National Institute for Occupational
Safety and Health), toma cartas en la prevención de muertes en línea de combate
de bomberos de Estados Unidos a causa de enfermedades cardiovasculares.
Para reducir los riesgos de
ataques cardiacos durante el combate de incendios, NIOSH recomienda a los
departamentos de bomberos y a los integrantes el desarrollo y participación
en rutinas medicas, para poder llevar a cabo un programa de salud.
Para brindar información y
recomendaciones durante este desarrollo, NIOSH ha solicitado la ayuda de las
siguientes compañías o individualidades:
Comisionados de bomberos,
Jefes de bomberos, Administradores estatales y locales del distrito de
bomberos, funcionarios de seguridad y salud, médicos, enfermeros/as,
especialistas en recursos humanos, sindicatos, organizaciones laborales,
compañías de seguros, editores de revistas especializadas y otras
publicaciones.
Introducción:
Los paros cardiacos
representan la causa más común de muertes en bomberos. En 2005 la NFPA (National Fire
Protection Association), reporto que un 44% (440/1006) de las muertes de
bomberos caídos en actividad durante el periodo 1995-2004 fueron debido a
problemas cardiacos. En el 70% de las 440 (308) muertes, NFPA fue capaz de
obtener los estudios médicos (ejemplo; certificados de defunción o biopsias) de
los fallecidos. Ciento treinta y cuatro (44%) de los 308 fallecidos, había
conocido antes sobre enfermedades arteriales coronarias, según lo determinado
por ataques al corazón, bypass o angioplastia. Sin embargo, NFPA no pudo
obtener información sobre el examen médico o aptitud de estas personas antes de
sus muertes. Por lo tanto, la información adicional seria de gran ayuda para
determinar si los esfuerzos de prevención deben dirigirse a explorar por qué
razones los departamentos de bomberos y los médicos de estos, no siguen la NFPA 1582; “Estándar en
Programas Médicos para Departamentos de Bomberos” o revisar los componentes
cardiovasculares de la NFPA
1582.
Los ataques de corazón y
las enfermedades arteriales coronarias son dos condiciones que se encuentran
bajo el término general “enfermedades cardiovasculares”.
No todas las enfermedades
cardiovasculares tiene como resultado la muerte. En 2005, unos 765 bomberos
sufrieron ataques de corazón durante el trabajo y no perdieron sus vidas.
En 1998, el Congreso le
permitió a NIOSH que aplicara una investigación de fatalidades y programas de
prevención, para llevar a cabo investigaciones de las muertes en actos de
servicios de bomberos y así formular recomendaciones para prevenir futuras
muertes y lesiones. Desde 1998 hasta 2004, NIOSH investigo 131 casos de
muertes por paros cardiacos, de los 304 que tiene en su poder. La investigación
de NIOSH consiste en revisar todos los antecedentes médicos de cada uno de los
bomberos caídos.
Para compartir las
lecciones de las investigaciones de NIOSH, este documento muestra:
–
Antecedentes y enfermedades del corazón.
–
Presenta cinco casos con importantes resultados.
–
Se resumen datos de NIOSH sobre investigaciones de muertes por enfermedades
cardiovasculares; y
–
Provee recomendaciones para minimizar el grado de lesiones y muertes de
bomberos por cuestiones cardiovasculares.
Antecedentes:
Las muertes por
enfermedades cardiovasculares en bomberos son a causa de una combinación de
factores personales y de trabajo. Los factores personales son: edad, sexo,
antecedentes familiares, tabaquismo, obesidad y la falta de actividad física.
Sin embargo, es de conocimiento, que los bomberos tienen exposiciones durante
sus trabajos que tienen como resultado problemas cardiovasculares. Los
Departamentos de bomberos tienen la responsabilidad de implementar programas de
prevención de riesgos laborales.
Efectos cardiovasculares debido al humo de los
incendios.
El humo generado en los
incendios es una compleja mezcla gases calientes, vapores y partículas. La
composición del humo no está determinada únicamente por el combustible del
incendio, sino que también, por las condiciones que presenta el fuego, (eje.
Oxigeno, temperatura, etc.). Mientras que se encuentran cientos de gases, dos
son los más comunes con efectos cardiovasculares: monóxido de carbono y
cianuro de hidrógeno.
Monóxido de Carbono.
El monóxido de
carbono, resultado de una combustión incompleta, está presente en todos los
incendios. Varios estudios han cuantificado la exposición de un bombero
durante las diversas fases de extinción de incendios. Se han documentado
altas concentraciones de monóxido de carbono durante la extinción, pero el
mayor efecto sobre los bomberos está en la etapa de enfriamiento, en el cual,
se quitan los equipos de respiración autónoma. Si dicho gas es inalado, interrumpe
el transporte de oxigeno en la sangre y puede causar lesiones en el miocardio.
Cianuro de Hidrogeno.
El cianuro de hidrogeno se
forma en combustiones incompletas de sustancias que contienen carbono e
hidrogeno (eje. Papel, algodón, madera, seda, plásticos, etc.). El cianuro
hidrogeno es encontrado en incendios estructurales y se demuestra que se excede
los límites de exposición establecidos. Al igual que el monóxido de carbono,
este interrumpe el transporte de oxigeno en la sangre que tienen como resultado
hipoxia, con manifestaciones cardiacas.
Partículas en suspensión.
Los bomberos tienen una
gran exposición a partículas en suspensión durante el proceso de extinción.
Estudios sobre la población en general, revelan que las partículas en
suspensión a causa de la contaminación tienen como efecto problemas
cardiovasculares. Por ejemplo, a largo plazo, la reiterada exposición a elevadas concentraciones
de partículas en suspensión, tienen como resultado muertes por problemas
cardiovasculares o un inicio de arterioesclerosis.
Además, a un corto plazo,
las exposiciones a partículas finas tienen como resultado ataques de corazón y en
particular a personas que tienen tendencias a problemas cardiacos.
Estos resultados tienen implicaciones en el servicio de bomberos dada la
exposición en incendios.
Efectos cardiacos debido al entorno de trabajo:
El aumento de la frecuencia cardiaca y el esfuerzo
físico.
Los bomberos tiene un gran
porcentaje del día trabajo en el cual están en reposo o simplemente haciendo
tareas de mantenimiento. Sin embargo las alarmas pueden sonar en cualquier
momento y deben presentarse rápidamente en el siniestro. Los bomberos
reaccionan a estas llamadas con un aumento de tasas en su corazón, debido al
sistema nervioso (ejemplo; la respuesta de huida o lucha). El aumento de la
frecuencia cardiaco generalmente se da durante la extinción de incendios o
esfuerzo físico. El patrón de los periodos sedentarios interrumpidos por
sobretensiones y esfuerzo físico ha sospechado de poner a los bomberos en un
mayor riesgo de ataques cardiacos agudos. Estudios epidemiológicos en la
población en general ofrece que esfuerzos físico pesado repentino, desencadena ataques
cardiacos o muerte súbita.
Estrés térmico.
El estrés térmico y las
enfermedades por calor son bien reconocidos en combates contra incendios. La
extinción de incendios eleva la temperatura corporal produciendo gran pérdida
de líquidos y pudiendo causar serios cambios en los electrolitos, menor volumen
sistólico (volumen de sangre impulsado por el corazón), o menor gasto cardiaco.
El golpe de calor ha ido incrementando el riesgo de isquemia de
miocardio, arritmias y alteraciones de conducción de sangre.
Exposición al ruido.
La exposición al ruido de
los bomberos es obvia: sirenas, motores de combustión interna, bocinas de aire,
etc. Durante una emergencia se han medido ruidos que superan los 120 decibeles.
Estudios realizados en la sociedad y en grupos de trabajo revelaron una
asociación entre los ruidos y enfermedades isquémicas del corazón y con la
hipertensión. Es importante resaltar que la exposición de los bomberos a ruidos
(corta duración, elevada intensidad) difiere con el estudio en la sociedad y
otros grupos de trabajo (baja intensidad, larga duración). Sin embargo, dada la
magnitud de pérdida auditiva en bomberos, es posible que la exposición a ruidos
incremente los riesgos de hipertensión y enfermedad cardiaca isquémica.
Humo de tabaco en el ambiente.
En 2006, un cirujano
confirmo la relación entre fumadores pasivos y el aumento de riesgo de
enfermedades coronarias y la mortalidad. Se estima que durante ese año murieron 46000
fumadores pasivos de ataques de corazón en Estados Unidos. Dado que los
departamentos de bomberos tienen personal fumador, debe tenerse en cuenta que
el humo de cigarrillo presenta riesgos cardiovasculares no solo para ellos,
sino, para los fumadores pasivos.
La lucha contra incendios y las enfermedades
cardiacas.
Más de 25 estudios
realizados revelan la relación entre problemas cardiacos y la lucha contra
incendios. Dichos resultados son contradictorios (por ejemplo, – algunos estudios apoyan la
relación, mientras que otros no). En 1995, Guidotti publico una revisión de la
literatura sobre mortalidad en incendios, donde concluyo: “La muerte
súbita, infarto de miocardio o arritmias que se dan poco después de un esfuerzo
físico, están relacionadas con el mismo”. Es importante reconocer, sin embargo, las
limitaciones del método científico utilizado en estos estudios. La principal
preocupación es un problema conocido como el efecto del trabajador sano (HWE,
por sus siglas en inglés). Este problema surge porque la población activa se
selecciona generalmente para los empleos, de manera tal que tienen una mejor
salud (que corresponden a una tasa de mortalidad menor) que la población
general con la que se comparan los trabajadores. Por ejemplo, antes de
selección, los candidatos a bombero son sometidos a numerosos estudios para
detectar las enfermedades cardiovasculares y factores de riesgo (por ejemplo,
la diabetes y la hipertensión). Esto conduce al contrato de personas
saludables, un componente del efecto del trabajador sano (HWE).
En el año 2000, Choi
re evalúa 23 estudios de mortalidad con relación entre combate de incendios y
paros cardiacos después de intentar controlar la HWE y concluyo
“1. Hay una fuerte
evidencia sobre el riesgo de muerte a causa de problemas cardiovasculares en
bomberos…” “3. No evidencia suficiente, incluso después de considerar lo
descripto por HWE, sobre la relación entre combates de incendios y cualquier
problema cardiaco, como puede ser el infarto de miocardio agudo.
Normas actuales.
NFPA Asociación
Nacional de Protección contra Incendios.
(National Fire Protection
Association)
El desarrollo voluntario de
NFPA se basa en el consenso de códigos y normas para proteger a bomberos y
civiles de incendios o cualquier otro peligro. Las siguientes normas de NFPA
realizan evaluaciones médicas de idoneidad para bomberos.
NFPA 1500 “Programa de Salud y Seguridad Ocupacional
para Departamentos de Bomberos”
Estipula que los
Departamentos de Bomberos establecen un programa de seguridad y salud
ocupacional, investigada y desarrollada por el comité. La norma también
establece requisitos para la atención médica de emergencia en espera, a un nivel
básico de soporte de vida en ciertos incidentes y la exigencia para que el
comandante de incidentes evalúe la necesidad de atención médica y el
transporte del paciente. Esta norma exige el cumplimiento de la NFPA 1582 y 1583.
NFPA 1582 “Programas de Trabajo Médico para
Bomberos”
Estipula que todos los
Departamentos de Bomberos deben establecer evaluaciones médicas para los
ingresantes y miembros del mismo. La norma requiere una evaluación a anual por
un médico calificado, sobre aquel que vaya a ocupar el puesto en oferta. Para
los candidatos la normal enumera las condiciones medicas en la categoría A
(excluye) y B (puede ser excluido). Ésta es más flexible con los miembros
actuales, basándose en su condición médica y el tipo de servicio que brindan.
NFPA 1583 “Programas de Ejercicios para Bomberos”
Estipula que los
Departamentos de Bomberos deben brindar programas de ejercitación física, que
permite a los miembros gozar de buena salud y desempeñarse de forma segura en
el puesto que ocupan.
OSHA Administración de
Salud y Seguridad.
(Occupational Safety and Health Administration)
OSHA promulga y hace
cumplir normas de seguridad y salud en el trabajo. Empleados públicos (locales
y estatales) están exentos de estas regulaciones; El estado tiene aprobado el
plan de seguridad y salud. Si un Departamento de Bombero opera en un estado,
debe cumplir con OSHA o con el plan estatal, si este es más riguroso.
La norma OSHA en materia de
protección respiratoria es relevante a la muerte súbita de origen cardiaco
entre los bomberos, ya que obliga a los empleadores a establecer y mantener un
programa de protección respiratoria. Una porción de esta norma de protección
respiratoria requiere que el usuario del equipo este con alta médica para
el uso del mismo. Si bien esta separación puede ser tan simple como la
realización de un simple cuestionario medico, la norma requiere que se evalúe a
los empleados con problemas de corazón o pulmón.
La norma requiere que si un
bombero ingresara a una estructura que es inmediatamente peligrosa para la vida
y la salud “IDLH” (Por sus siglas en ingles, Immediatly Dangerous to Life
and Health) por ejemplo ataque interior en un incendio estructural, por lo
menos deben ingresar dos bomberos juntos y mantener contacto visual, verbal o
físico en todo momento. Además debe contarse con dos bomberos entrenados y en
buena condición física fuera de la zona IDLH, en apoyo al equipo interior y
siendo capaz de realizar una intervención rápida de rescate.
Otras normas OSHA, además
de las aplicables en Bomberos [29 CFR 1910.156] son Operaciones con Materiales
Peligrosos y Respuestas de Emergencia [29 CFR 1910.120]. Esta norma requiere
exámenes médicos al menos cada 12 meses de cada uno de los integrantes de
Brigadas de Materiales Peligrosos, al menos que los especialistas médicos tomen
apropiado un período mayor (pero nunca mayor a 2 años). La orientación de dicho
examen médico ha sido desarrollada por NIOSH, OSHA, Guardia Costera de Estados
Unidos y la Agencia
de Protección Ambiental [NIOSH 1985]. Las normas OSHA aplicables a bomberos se
oponen a la participación de miembros con problemas cardiovasculares, epilepsia
y enfisema en actividades de emergencia. Sin embargo este enunciado puede ser
excluido si un especialista certifica que el bombero está en condiciones
físicas de llevar a cabo la actividad.
Asociación Internacional de
Bomberos (IAFF) y
Asociación Internacional de
Jefes de Bomberos (IAFC).
El Sindicato de la Asociación Internacional
de Bomberos (IAFF, por sus siglas en inglés) y la Dirección de la Asociación Internacional
de Jefes de Bomberos (IAFC), están abocados en
la seguridad y salud de sus miembros entre otras cuestiones. En 1990 estas
asociaciones trabajaron en conjunto para publicar el siguiente documento:
–
El servicio de Bomberos tiene la iniciativa de gestionar el bienestar físico.
Este documento presenta un programa comprensivo de bienestar físico con cinco
componentes: (1) Médico (ej. Prueba de detección); (2) Aptitud; (3)
Medico/Aptitud/Rehabilitación de lesiones; (4) Salud Mental; y (5) Recolección de datos e
Informes. [IAFF/IAFC 1999]. Las últimas dos versiones de NFPA
1582, “Programas de Trabajo Médico para Bomberos”son insistentes con esta
iniciativa.
–
Prueba de Aptitud Física. Uno de los componentes de la prueba incluye la
evaluación médica para Aspirantes a Bombero. Esta evaluación médica se realiza
para asegurarse que los Aspirantes Bomberos no tiene ninguna discapacidad
[IAFF/IAFC 1999].
–
Certificación del Entrenador. Este programa de certificación no asegura que los
entrenadores tengan el conocimiento para preparar a Bomberos Norteamericanos,
pero brinda las habilidades necesarias para desarrollar e implementar programas
de Entrenamiento Físico.
Administración de Incendios
de los Estados Unidos y el Consejo Nacional de Bomberos Voluntarios.
La misión de la Administración de
Incendios de los Estados Unidos (USFA por sus siglas en inglés) es reducir las
muertes y las pérdidas económicas causadas por incendios y emergencias
relacionadas con los mismos. El Consejo Nacional de Bomberos Voluntarios (NVFC
por sus siglas en inglés) representa sin fines de lucro a Bomberos
Voluntarios, Servicios de Emergencias Medicas y Servicios de Rescate. En 2004, la NVFC asociado con USFA
publicaron la “Guía de
Salud y Bien estar para Bomberos Voluntarios”. A la par, la NVFC inicia el “Programa Bomberos de Corazón Sano” [NVFC 2004 a,b]. En la guía se
describen los componentes que pueden ser
utilizados por Departamentos de Bomberos Voluntarios, tales como, proyección,
exámenes, Inmunización, educación, modificaciones de conducta, y programas de
salud y bien estar. Tanto el documento como la iniciativa son esfuerzos para
cumplir con el objetivo de la
NVFC, de reducir muertes a causa de problemas cardiacos en
servicio en un 25% durante el año 2008.
Fundación Nacional de
Bomberos Caídos. (NFFF).
La Fundación Nacional de Bomberos Caídos (NFFF por sus siglas en inglés)
es una organización sin fines de lucro, que tiene como objetivo recordar,
honrar a Bomberos Americanos
caídos en combate contra incendios, así como también asistir a los familiares
de los mismos. En 2004, la NFFF
lanzo el programa “Todos Regresan a Casa”, con el
fin de prevenir muertes y heridas en servicio. El programa desarrolla 16
iniciativas para una vida segura, las cuales incluyen, “el desarrollo e
implementación de normas médicas y saludables, aplicables a todos los bomberos,
basadas en los puntos que se quieren llevar a cabo”. El sitio de internet
provee material de entrenamientos para Departamentos en forma individual, con
el fin de desarrollar programas de salud y bien estar
[NFFF 2007].
Casos.
Los siguientes factores se
encuentran involucrados frecuentemente en problemas cardiacos en bomberos
caídos en servicio, investigados por NIOSH.
1- Evaluaciones médicas
inadecuadas en aspirantes a bomberos o en los miembros.
2- Insuficientes
restricciones de trabajo tras identificar las condiciones médicas específicas.
3- Ausencia, o no
participación, en los programas de salud y bien estar adecuados.
4- Demoras para acceder, o
inadecuado entrenamiento, a un desfibrilador externo automático (DEA).
5- Muerte súbita del
Bombero mientras maneja la unidad o su auto particular, camino a una
emergencia.
Los siguientes 5 casos
estudiados por el equipo de investigación de bomberos de NIOSH, describen la
muerte de bomberos a causa de problemas cardiacos.
Cada caso expone uno de los
factores mencionados anteriormente.
Caso 1 – Bombero Voluntario sufre muerte
súbita durante un rescate en trinchera. [NIOSH 2000].
A los 47 años de edad un
Bombero Voluntario se descompensa luego de un gran esfuerzo físico al
intervenir en un rescate en trinchera (Conocido también como rescate en zanjas). A
pesar de recibir RCP por sus compañeros y RCP avanzado por el servicio médico
el masculino falleció. El certificado de defunción realizado por el
personal Médico de Bomberos decía: Infarto agudo de miocardio, comúnmente
conocido como “Ataque de Corazón”, como causal de la muerte.
La correspondiente autopsia
dio como resultado una Trombosis (Coagulo de sangre) en una de sus arterias
coronarias, arteriosclerosis coronaria y fibrosis, las cuales llevaron al
ataque. Antes de su muerte, el bombero no tenía antecedentes de problemas
cardiacos, sin embargo tenía un riesgo elevado de arteriosclerosis y
enfermedades arteriales. A esto debe sumarse una edad superior a 45 años,
presión arterial elevada (hipertensión), colesterol elevado, diabetes (no dependiente
de insulina), fumador y no realizaba actividad física. El médico personal no
era consciente del trabajo que llevaba a cabo su paciente o no tenía
conocimientos a cerca de las variables a tener en cuenta sobre un bombero. Si
hubiesen seguido las directrices descriptas, el riesgo de sufrir un ataque de corazón hubiesen
sido detectadas durante los exámenes médicos realizados por el departamento de
evaluaciones médicas y la prueba de esfuerzo podría haberse realizado [NFPA
2007]. El Departamento de Bomberos Voluntarios, sin embargo, no solicitaba
evaluaciones médicas para sus miembros.
Caso 2 – Bombero de carrera sufre muerte súbita
luego de una prueba física completa [NIOSH 2001].
Un Capitán de 55 años de
edad fue ubicado en un puesto restringido de trabajo por el departamento físico
de bomberos, por no pasar la prueba de aptitud física, ni las evaluaciones
medicas. El Capitán fue visto un poco después por su médico personal,
quien le dio la libertad de trabajar a pesar de los signos de isquemia cardiaca
que los ejercicios inducían. Luego de presentarse para retomar el puesto, el
Capitán se sometió nuevamente a las pruebas de aptitud física. Utilizando
el equipo estructural completo, completo los siguientes ejercicios: Carga de
líneas, tracción de líneas, arrastre de maniquí, y conexión y desconexión de
hidrantes. Durante estos ejercicios comenzó con problemas de respiración, pero
continuo con la prueba. La última parte de la prueba consiste en
colocarse el equipo de respiración autónoma de 22 libras y subir 128
escalones. Luego de este ejercicio el Capitán perdió el conocimiento, dejo de respirar y el pulso
bajo. A pesar del RCP y el RCP avanzado, falleció. La autopsia tuvo como
resultado “arritmias debido a isquemia miocardica debido a la falla de
arterias coronarias” que llevaron a la muerte. Basado en las directrices
establecidas, el médico personal del Capitán no debería haberlo
dejado retomar el servicio
[NFPA 2007].
Caso 3 – Bombero de carrera sufre muerte súbita
durante un entrenamiento [NIOSH 2003].
El 10 de abril del 2002 un
capitán de 56 años de edad se encontraba acarreando pallets (paletas de madera)
y paja para realizar un entrenamiento en un departamento de dos pisos. El peso
de los pallets es de 25
libras y de las cajas de paja de unas 50 libras. Luego de haber
ubicado los materiales en los lugares correspondientes,
el Capitán (vestido con estructural completo y equipo de respiración autónoma)
realiza la ignición y sale del departamento. Luego de un lapso muy corto de
haberse sacado el equipo de respiración autónoma el masculino colapso. A pesar
de las maniobras de RCP y RCP avanzado, el Capitán muere. El resultado de la
autopsia decía “arritmia cardiaca seguida por problemas cardiacos a causa de
arterosclerosis coronaria”. El Capitán tenía los siguientes factores de
riesgo de sufrir enfermedades coronarias: Masculino mayor de 45 años, herencia
familiar de enfermedades coronarias, alto contenido de colesterol en sangre,
inactividad física y obesidad. Dos meses antes de lo sucedido el Capitán
participo del examen físico anual, brindado por una clínica contratada por el
departamento de bomberos. El examen incluyo; una ergometría (esfuerzo físico
mediante una bicicleta) donde en el periodo de 5 minutos su corazón alcanzo el
85% de la velocidad y una capacidad aeróbica de 27,4 mililitros por kilogramo,
por minuto o 7,8 equivalentes metabólicos (METS por sus siglas en inglés).
El electrocardiograma de 12 derivaciones no revelo cambios en el flujo de
sangre del corazón (isquemia), por lo tanto fue autorizado a realizar el
servicio completo.
El Departamento de Bomberos
ofrecía a sus integrantes los exámenes médicos anuales y un programa de buena
salud, el cual era voluntario. El Capitán, era uno de los tantos bomberos
que no participaban del mismo. Basado en la ergometría, la capacidad de
realizar tareas que tenia, era por debajo de lo requerido para llevar a cabo
las maniobras esenciales de lucha contra incendios [Gledhill 1992]. La
capacidad aerobia del Capitán no solo repercutía en el trabajo, sino que
aumentaba el riesgo de sufrir muerte súbita a causa de un ataque cardíaco
[Paffenbarger 1993; Sandvik 1993].
Caso 4 – Jefe de Bomberos Voluntarios sufre un
probable ataque de corazón y muere luego de una llamada de servicio.
El 18 de noviembre de 2002,
un Jefe de 50 años de edad responde a una llamada médica con su departamento de
bomberos, seguida responden a una alarma por monóxido de carbono en una
residencia privada. El masculino, responde a esta segunda llamada solo y se
encuentra con la ausencia de monóxido de carbono.
De regreso a su
departamento, llama por teléfono a su señora mencionando que no se sentía bien.
Su señora llama al 911, mientras él se administraba oxigeno en su cuartel. En
el momento de llegada del servicio médico, el Jefe se estaba administrando 100%
de oxigeno. Ocho minutos después pierde el conocimiento.
Inmediatamente se iniciaron
las maniobras de RCP y no tuvo accedo a RCP avanzado, ya que, el desfibrilador
externo se encontraba en una unidad que estaba respondiendo un llamado. La
escena se dio 15 minutos luego de la llamada a su esposa, 12 minutos luego del
arribo del servicio médico, 5 minutos después perdió la conciencia y arribo un
departamento de bomberos cercano con un desfibrilador externo. Las maniobras de
RCP avanzada comenzaron y se realizaron 4 descargas sobre el Jefe. A pesar del
RCP, RCP avanzado realizado en escena, durante el viaje y en el hospital, el
Jefe muere. El resultado de la autopsia estableció: “arterosclerosis, con
el 95% de oclusión de la arteria coronaria principal y el 90% de oclusión de la
arteria coronaria derecha”. El acceso rápido a RCP avanzado es la determinación
más importante, probablemente y la desfibrilación ventricular [Stiell 1999a,
b].
Caso 5 – Jefe de bomberos de carrera sufre un
ataque cardiaco de regreso al departamento luego de un incendio estructural
[NIOSH 2005].
El 13 de diciembre de 2004,
un Jefe de Bomberos de 56 años de edad respondió a tres llamados de incendios,
dos residenciales y uno comercial. Luego del último incendio el Jefe conducía
de regreso al Departamento el camión de rescate, cuando de repente colapso. El
camión atravesó la autopista e impacto contra una alcantarilla. Testigos del
hecho se comunicaron al 911 y sacaron al Jefe del camión. A pesar de las
maniobras de RCP realizadas por los espectadores, personal del departamento,
paramédicos y el personal del departamento de emergencias, el masculino
murió. El certificado de defunción realizado por el médico forense
estableció: Paro cardio-respiratorio, seguido de enfermedad cardiovascular
aterosclerótica como causal de la muerte. La autopsia no fue llevada a cabo.
Este caso muestra la incapacitación de un bombero para llevar a cabo tantas
tareas críticas (por ejemplo; conducir, llevar a cabo maniobras de
extinción, rescates, etc), poniendo en peligro, no solo su vida misma, sino que
también la del resto del equipo de trabajo y de los civiles.
Datos de las
investigaciones de NIOSH:
Evaluaciones médicas.
De los 131 Departamentos de
Bomberos que NIOSH investigo sobre enfermedades cardiovasculares (CVD por sus
siglas en inglés) fatales, 93 (71%) no realiza las evaluaciones medicas
correspondientes. Sin embargo, solo 41 (31%) lleva a cabo en forma anual, o
hasta periódicamente, evaluaciones medicas en sus integrantes. Los
departamentos de bomberos no están brindado evaluaciones medicas en aspirantes
a bomberos y en sus integrantes, por lo tanto, no están cumpliendo las
recomendaciones de NFPA, de gestión de servicios de incendios y de
organizaciones sindicales, quienes ofrecen y apoyan evaluaciones medicas sobre
cada uno de los miembros [IAFF/IAFC 1997, NFPA 2000, NFPA 2007].
Autorizaciones médicas.
Ciento cinco (80%) de los
131 departamentos de bomberos que NIOSH investigo sobre CVD, requieren un
autorización médica para reincorporase al trabajo luego de una enfermedad o
herida. La mitad de estos departamentos (61/105 o el 58%) permiten la
autorización de reincorporación del médico personal del bombero.
Lo que permite que la determinación
del mismo sea problemática por dos razones. Primero, los médicos personales, no
están familiarizados con los trabajos forzosos que demanda la lucha contra
incendios, o de la exposición a los peligros. Segundo, pueden no ser consientes
de las guías de consenso medico desarrollado por médicos especializados en
servicio de bomberos.
Por lo tanto, los departamentos de bomberos
deberían:
1 – Proporcionar las guías
de consenso medico, con los requisitos físicos y aeróbicos del trabajo a
médicos no especializados en actividades de bomberos.
2 – Exigir un certificado
de reintegro realizado por un médico especializado en actividades de bomberos.
Programas de salud y bienestar.
Cincuenta y uno (39%) de
los 131 departamentos estudiados por NIOSH sobre CVD cuentan con un programa
voluntario de salud y bien estar, pero solo 11 (8%) tienen programas de
participación obligatoria. Mantener el estado físico en bomberos, es una
cuestión importante y es la llave para la mejora del físico en genera y especialmente
para el corazón y la salud [IAFF/IAFC 1997]. Varios investigadores han revisado
los programas de salud y sacando diferentes conclusiones en cuanto a su efectividad
clínica [Glasgow 1999, Pelletier 1996]. Aunque los componentes de estos
programas varían según el estudio, aquellos que incluyen la reducción del
riesgo individual para empleados de alto riesgo en el contexto, parecen ser los
más prometedores en cuanto a resultados positivos y costos [Pellitier 2001].
Las directrices establecidas por IAFF/IAFC y por NFPA implican un programa
comprensivo con evaluación individualizada para todos los bomberos. Las
directrices se basan en la recomendación para rehabilitación de bomberos que
hayan sufrido ataques de corazón o con elevados factores de riesgo de enfermedades
cardiovasculares. La participación en los programas de salud y bien estar,
busca reducir el número de ataques cardiacos o eventos cardiacos repentinos, tanto
en servicio como fuera del mismo.
Desfibrilador externo automático. (DEA)
NIOSH identifico 4 (3%)
casos en los que el mal uso o la falta de acceso rápido a un desfibrilador
externo automático (AEDs por sus siglas en inglés, conocido como DEA en
castellano), contribuyó a la muerte de los bomberos. La rápida desfibrilación
ventricular luego de un ataque cardíaco lejos de un hospital, es la maniobra
más importante que puede dar resultados [Stiell 1999a, b]. Durante los primeros
8 minutos de resucitación, la posibilidad de sobrevivir se reduce en un 10% por
cada minuto que no se realiza desfibrilación [Venezuela 1997; Nichol 1999; Finn
2001]. El American Heart Association (AHA) considera que la desfibrilación
temprana es un punto esencial para sobrevivir [AHA 2005].
Muerte súbita durante la conducción de vehículos.
De los 131 casos de muerte
por enfermedades cardiovasculares que NIOSH investigo, 14 se dieron mientras
los bomberos conducían su vehículo personal o una unidad de emergencias desde o
hacia un incidente. Ninguno de estos 14 cuarteles estaba siguiendo las
directrices sobre evaluaciones médicas, o certificados médicos [NFPA
2007]. Las propiedades del cuartel fueron dañadas o destruidas en importantes
incidentes, sin que resulten heridos bomberos o civiles. Sin embargo, estos
eventos pueden tener como resultado más bomberos heridos o civiles. NIOSH cree
que estos riesgos pueden reducirse mediante la implementación de evaluaciones
médicas.
Monóxido de Carbono.
Los niveles de
carboxihemoglobina (COHB, por sus siglas en inglés) fueron analizados en solo
39 (30%) de las 131 muertes investigadas por NIOSH. Los niveles de COHB
estudiados oscilaron entre 0% y 10%. Estos niveles no son los
responsables directos de ninguna de las 39 muertes. Sin embargo, en los
bomberos con significante enfermedades cardiovasculares, los niveles de
carboxihemoglobina entre 5% y 10% pueden haber contribuido con los otros
factores. Bajos niveles de COHB, (entre 2,4% y 5,6%) se encuentran vinculados a
reducir el tiempo de angina y provocar cambios isquémicos en
electrocardiogramas con objetivos de enfermedades cardiovasculares, lo
que sugiere efectos clínicos [Allred 1989; 1991; USEPA 1992]. La
carboxihemoglobina no es medida solo en bomberos que perdieron la vida. Muchas
veces, no es solo encontrada en bomberos que responden a incendios
estructurales o que se encuentran a favor del viento con respecto a la columna
de humo, también es encontrado a causa del humo de tabaco, en gases de escapes
de las unidades del departamento en escena. Debido a estas exposiciones no
reconocidas y el potencial adverso sobre el sistema cardiaco, NIOSH recomienda
realizar una investigación adicional, sobre el papel que juega el monóxido de
carbono en muertes súbitas durante un servicio.
Relación con el trabajo.
En 1999, NIOSH presento
evidencias sobre las investigaciones realizadas, en las que establecía la
relación entre enfermedades cardiovasculares y el trabajo realizado [HALES 1999]. La
mayoría de las muertes de bomberos en servicios ocurrieron en horarios de
la tarde o noche (Figura 1).
Analizando las actividades de
bomberos, se obtiene que alrededor del 75% de las fatalidades se dan camino al
siniestro o de regreso, durante los incidentes o durante los entrenamientos
(Figura 2).
Se conoce que estas
actividades elevan la presión sanguínea y la frecuencia cardíaca. También
se les atribuye la respuesta a la alarma, y las exigencias físicas que demanda.
Estos hallazgos a una
epidemiologia analítica formal [Kales 2003]. Usando los datos brindados por la
investigación de NIOSH sobre muertes por enfermedades cardiovasculares, Kales y
sus colegas establecen estadísticamente el momento en que se dan ataques
cardiacos entre bomberos y la población en general (Figura 3). Estas
investigaciones llevadas a cabo por dos grupos, conducen al estudio y control
de los casos usando la información de NIOSH. Encontraron un gran incremento de
riesgos durante:
–
Extinción de incendios [Posibilidades/Proporción (OR) = 64.1, 95% Intervalo de
confianza (CI) 7.4-556],
–
Entrenamiento [OR = 7.6, 95% CI 1.8-31.3],
–
Respuestas de alarmas [OR = 5.6, 95% CI 1.1-28.8],
–
Actividad física extenuante en el trabajo en las últimas 12 horas [OR = 3.2,
95% CI 1.4-7.2].
En el posterior estudio,
más extenso aun, se encontraron resultados similares. Estos sugieren que las
muertes de bomberos en servicio por ataques cardiacos
están relacionadas con el
trabajo llevado a cabo.
Limitaciones:
El 43% de las muertes
investigadas por NIOSH son por enfermedades cardiovasculares. Desde que los
departamentos de bomberos de carrera son representados en las investigaciones
de NIOSH (65%), una seleccionada proporción ha tenido influencia en los
resultados. Específicamente, los resultados obtenidos informaron sobre el
alcance de las evaluaciones médicas y los programas de salud y bien estar en el
servicio de bomberos. Esta información muestra que los bomberos de carrera son
más propensos a utilizar los programas ofrecidos a diferencia de los bomberos
voluntarios. Por otro lado, las actividades reportadas por USFA entre 1990-2000
eran similares a las encontradas por las investigaciones de NIOSH [USFA 2002].
Por lo tanto, los resultados encontrados establecían que era poco probable la
influencia del trabajo en las muertes por problemas cardiacos en los bomberos.
Conclusiones:
Los bomberos con
condiciones médicas no aptas para el trabajo, presentan un peligro para su
salud, sus compañeros de trabajo y civiles. Las evaluaciones médicas pueden
diagnosticar estas condiciones. El servicio de bomberos requiere evaluaciones
médicas y participación en los programas de salud y bien estar, para reducir el
número de fatalidades por enfermedades cardiovasculares en servicio. Las
investigaciones sobre fatalidades de bomberos realizada por NIOSH han documentado
que pocos departamentos han experimentado la implementación de programas de
evaluación médica, por ende, han experimentado paros cardiacos en servicio.
Otros han seguido las directivas publicadas, con respecto a los certificados
médicos para retomar el puesto de trabajo. Solo unos pocos departamentos han
desarrollado e incorporado programas de salud y bien estar. Las búsquedas de
NIOSH, posteriores a las de USFA, consistieron en reportar que el 76% de
los departamentos de bomberos carecía de programas básicos de salud y bien
estar para sus miembros [USFA 2006]. Obvio que las barreras para implementar
esto son; costos, temas de seguridad laboral y (en departamentos de bomberos
voluntarios) mantener el número crítico de miembros. Es necesaria una investigación adicional
para identificar factores que puedan reducir estas barreras y así reducir el
número de fatalidades por enfermedades cardiovasculares en servicio.
Recomendaciones:
Para reducir ataques de
corazón y el riesgo de muerte súbita de bomberos en servicio, NIOSH ofrece las
siguientes recomendaciones para (1) departamentos de bomberos, (2) bomberos y
aspirantes a bombero y para (3) las agencias de servicio de bomberos. Muchas de
estas recomendaciones (por ejemplo, la proyección de bomberos hacia factores de
enfermedades cardiovasculares) consisten en practicar medicina preventiva
[USPHS 1996]. Para ello, los siguientes requisitos no son solo para reducir
fatalidades en servicio, sino que también, fuera del horario laboral.
Departamentos de bombero:
Aspirantes a bombero:
–
Proveer durante el reclutamiento y el periodo de prueba previo, evaluaciones
médicas para asegurarse de que los aspirantes están en condiciones de llevar a
cabo el servicio, según las exigencias que el mismo requiere, con el mínimo
nivel de riesgo de incapacidad.
–
Asegurarse que las condiciones físicas y las exanimaciones médicas durante el
reclutamiento y el periodo de prueba, están a la altura de las exigencias de la
actividad, de los requisitos esenciales para el combate de incendios y en
concordancia con las directivas desarrolladas por el servicio de bomberos [NFPA 2007].
–
Asegurarse que el certificado médico realizado por médicos con conocimientos de
las exigencias de la actividad, establezca la aptitud para el servicio de supresión de
incendios y utilización del equipo de respiración autónoma [NFPA 2007].
–
Asegurarse que los aspirantes a bomberos tengan la habilitación física para
llevar a cabo las tareas esenciales de la actividad.
–
Designar personal en el departamento, que administre el reclutamiento del
personal y las evaluaciones médicas anuales.
–
Remitir a aspirantes que tengas problemas cardiovasculares y proveerles
evaluaciones y tratamientos.
Miembros del departamento:
–
Asegurarse de que los bomberos entiendan la importancia de la utilización de
elementos de protección respiratoria en todas las fases del incendio, desde el inicio
hasta la remoción.
–
Proveer evaluaciones medicas obligatorias, para saber si los miembros están
aptos, poseen riesgos o incapacidades para llevar a cabo las tareas.
–
Asegurase de que los médicos que dirijan la evaluaciones medicas, tengan el
conocimiento sobre las exigencias en la actividad de bomberos
[NFPA 2007].
–
Asegurarse que el certificado de aptitud para la actividades (utilización de
ERA y lucha contra incendios), sea desarrollado por el departamento médico de
bomberos. El mismo deberá aclarar que actividades está apto para realizar y
cuáles no [NFPA 2007].
–
Desarrollar un comprensivo programa de salud y bien estar físico para bomberos,
con el objetivo de reducir los riesgos de enfermedades cardiovasculares.
La NFPA y la
IAFF/IAFC proveen documentos con las directivas necesarias.
–
Fomentar la participación de los bomberos en los programas de salud y bien
estar.
–
Asegurarse que los programas incluyan el desarrollo para dejar el tabaco.
–
Asegurarse que todos los departamentos de bomberos trabajen en campañas contra
el tabaco.
–
Ubicar y mantener desfibriladores automáticos externos en todas las unidades
que no cuenten con uno.
–
Capacitar a todo el personal en el uso de desfibriladores automáticos externos.
–
Recordar al departamento de emergencias medicas, la evaluación de
carboxihemoglibina en personal que haya experimentado problemas cardiacos.
–
Implementar un programa de conservación de la audición que contenga los
siguientes fundamentos: Identificación y reducción de peligros,
Utilización de elementos de
protección auditiva, audiometrías periódicas, y entrenamiento de los bomberos
en el cuidado auditivo [Tubbs 1995].
Durante operaciones contra
incendios y entrenamientos:
–
Controlar la exposición al monóxido de carbono y otros contaminantes, a través
de la correcta gestión del siniestro y el uso apropiado de
ERA.
–
Garantizar la cantidad adecuada de personal en la escena para no generar
excesos de actividades sobre el personal afectado al trabajo.
–
Proveer el correcto equipo de protección personal para evitar los esfuerzos
excesivos y/o el estrés por calor.
–
Monitorear los signos vitales de los bomberos en escena para indicar la
excesiva tensión cardiovascular y de ese modo hidratar correctamente.
–
Asegurarse de que la atención médica en la escena, tenga los medios para el
transporte.
Bomberos y aspirantes a
bomberos:
–
Participar en programas de salud y bien estar.
–
Si posee enfermedades cardiovasculares, buscar ayuda médica.
–
Compartir la información médica personal con el médico de bomberos.
–
Informar cualquier cambio, extensión o medicación al médico de bomberos.
–
Informar sobre síntomas y signos al médico de bomberos, para que puedan tomar
las decisiones y acciones necesarias.
–
Participar en los programas de conservación auditiva para bomberos.
–
Utilizar el equipo de protección personal adecuado para cada tarea.
Agencias de servicios para
bomberos:
–
Llevar a cabo investigación sobre la eficacia de la rehabilitación en el lugar del
siniestro para reducir la tensión cardiovascular.
–
Explorar la posibilidad de desarrollar, el análisis de una base de datos a
nivel nacional, integrado por los médicos que realizan las evaluaciones
obligatorias anuales.
–
Llevar a cabo investigaciones sobre la eficacia de los programas de promoción
de la salud para reducir la incidencia de enfermedades del
corazón entre los bomberos.
–
Llevar a cabo investigaciones sobre las barreras a la implementación de programas
de promoción de la salud (tanto en el bienestar y la condición
física) en el servicio de
bomberos.
–
Llevar a cabo investigaciones sobre la exposición ocupacional y el riesgo que
suponen para el sistema cardiovascular.
Agradecimientos.
Los colaboradores principales son: Thomas Hales, Scott Jackson, and
Tommy Baldwin of the Fire Fighter Fatality Investigation and Prevention Team,
Division
of Surveillance, Hazard Evaluations, and Field Studies. The authors
would like to thank the following for their reviews of the document: Sandy
Bogucki,
Department of Emergency Medicine, Yale University; David Daniels,
International Director, Health, Safety and Survival Section, IAFC; Richard
Duffy, Assistant to the General President, IAFF; Rita Fahy, Manager, Fire Data
Bases & Systems, NFPA; Robert Goldberg, Medical Director, Los Angeles
County; Jim Melius, Director, Laborers Health and Safety Fund; Daniel Samo,
Chair, Public Safety Medicine Section, American College of Occupational and
Environmental Medicine; Ronald Sarnicki, Executive Director, NFFF; Denise
Smith, Chair, Department of Exercise Science, Skidmore College; Donald Stewart,
Medical Director, Occupational Health Center, Fairfax County; William Troup,
Fire Program Specialist, USFA; and Maggie Wilson, Director, Health and Safety,
NVFC. Finally, the authors would like to thank the IAFF for supplying many of
the photographs used in this document.
Roz Kendall, Donna Pfirman, Vanessa Becks, and Gino Fazio provided
editorial and production services.
Dirigirse a las siguientes
direcciones para dudas o consultas:
Dr. Teresa Schnorr, Director Division of Surveillance, Hazard
Evaluations and Field Studies National Institute for Occupational Safety and
Health 5555 Ridge Avenue
Cincinnati, OH
45226
Telephone: 513–841–4428 or call 1–800–35–NIOSH (1–800–356–4674)
We greatly appreciate your assistance in protecting the health of U.S. workers.