El bombero chileno José Sánchez confirmó que un llamado anónimo, presuntamente desde la cárcel, fue el que alertó del mortal incendio en la cárcel de San Miguel, en Santiago, de Chile, la madrugada de este miércoles. Luego de eso, ellos se contactaron con el recinto para confirmar la noticia.Pese a la presunta lentitud del aviso, el efectivo fue claro en sostener que el siniestro fue muy grande y que era muy difícil hacer algo para salvar más vidas.
En declaraciones a Canal 13, relató que su compañía llegó a la cárcel y muchos reos no podían salir porque se encontraban encerrados.
En tanto, representante de Gendarmería aclaró que los funcionarios deben generar un plan de contingencia antes del ingreso de bomberos, por eso se retrasa la apertura de las puertas para combatir el incendio.
El funcionario defendió el accionar de los gendarmes y culpó al estado de la grave de las cárceles la tragedia sucedida.
EL INFIERNO, EN TRES MINUTOS
Confirmando que fue muy difícil evitar la muerte de los más de 80 reos en la cárcel de San Miguel, se informó que el incendio tardó sólo tres minutos en llegar a su punto máximo.
La información fue entregada por el ministro del interior, Rodrigo Hinzpeter, quien entregó el dato tras una conversación con el fiscal que lleva la investigación.
Según los primeros informes, el incendio fue provocado por una riña entre pandillas rivales y una cocinilla generó las llamas. El material, como colchones, ayudaron a la rápida propagación del siniestro.
Hinzpeter también confirmó que el gobierno está trabajando en un plan de “cárceles modulares”, las cuales podrían albergar a reos de baja peligrosidad.
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