Multitud de datos demuestran que los humos tóxicos producidos en los incendios son responsables de más de la mitad de las lesiones o muertes relacionadas con el fuego. Este es un asunto crucial para los bomberos, que están constante expuestos a lo largo de su vida profesional a esos humos, muchos de los cuales son cancerígenos.
El peligro se ha hecho mayor porque el aumento del uso de plásticos en la construcción ha multiplicado el número de elementos que al quemarse producen humos cancerígenos sin que la normativa lo tenga en cuenta, pues su atención se centra en la inflamabilidad de los productos y la propagación de las llamas. Es esa misma normativa la que ha estimulado la incorporación a los materiales de construcción de productos que al quemar desprenden humos de elevada toxicidad.
Por estos motivos en el año 2010 el NIOSH norteamericano lanzó un estudio multianual con el objetivo de investigar los efectos de los humos de combustión en los bomberos, en particular sobre si estos últimos tenían un mayor riesgo de cáncer o de otras enfermedades debido a sus exposiciones laborales.
La muestra del estudio fue de 30.000 bomberos que habían estado en activo entre 1950 y 2010, y se consideraron no solo las muertes por cáncer sino también los diagnósticos de ciertos tumores como los de testículo y de próstata, que tienen altas tasas de supervivencia.
En la primera fase del estudio se compararon las muertes y los diagnósticos de cáncer entre los bomberos y la población general, encontrándose un modesto aumento entre los bomberos para ciertos tipos de cáncer, resultados que coincidieron con los de otro estudio en los países nórdicos realizado casi simultánemente sobre una pobalción de 16.422 bomberos (ver enlace al estudio nórdico más abajo).
En la segunda fase del estudio (actualmente en realización) se comparan los efectos sobre la salud de los bomberos más expuestos con los de los menos expuestos. Se trata de un estudio dosis-respuesta, donde la dosis es una estimación de las exposiciones a las sustancias cancerígenas encontradas en los humos.
Los resultados de esta fase se han publicado recientemente y ponen de manifiesto leves incrementos de la incidencia de cáncer de pulmón y de leucemia entre los bomberos. Los resultados están disponibles en http://www.cdc.gov/niosh/firefighters/pdfs/Daniels-et-al-(2015).pdf
En los Estados Unidos, Canadá y Australia el cáncer contraído por los bomberos es considerado como enfermedad profesional, por lo que quienes lo contraen son indemnizados de acuerdo con ese criterio, pero eso no ocurre en la Unión Europea.
Fuente: The Parliament Magazine y NIOSH
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario