Los bomberos, que se habían encadenado en el cuartel Ricardo Arango, de Calidonia, exigieron al presidente de la República, Ricardo Martinelli, que se presente para negociar pues es la única autoridad que reconocen como interlocutor.
En cambio la policía, a cuyos estamentos más altos el gobierno les ha aumentado el salario hasta en siete mil dólares mensuales, mantienen rodeados a los bomberos manifestantes.
La situación se ha complicado por la decisión de destituir a quienes encabezan la denuncia de que no hay homologación en los salarios de los agentes. Al teniente Cruz Gómez, en huelga de hambre y encadenado, le suspendieron vacaciones y le abrieron un proceso disciplinario por liderar al grupo que en octubre protestó en las calles.
"Respeten la dignidad del bombero", "Se meten con los bomberos se meten con el pueblo", se lee en varias pancartas mientras que los huelguistas piden el apoyo a los bomberos del interior del país.
La dirección del cuerpo emitió un comunicado en el que asegura abrió un espacio para conversar y señala que es solo "un grupo de bomberos" los que protestan. Pero estos exigieron la renuncia de su comandante, Pablo Tuñón. Patria Portugal, defensora del pueblo, ha intentado inútilmente lograr un acuerdo porque los inconformes dejaron claro que no quieren hablar con el ministro de Gobierno, Jorge Ricardo Fábrega, sino con el presidente Martinelli.
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